25 de junio del 2019.
No habiendo dormido solo esperaba ver el amanecer, para bañarme, vestirme e irme. Siento que no puedo estar en ningún lado, pero realmente el problema va conmigo a todas partes.... es mi mente.
Salí de casa, más temprano de lo normal.
Tomó el camino más largo porque puedo ver el mar desde esta ruta. Pienso que esto puede distraerme, relajarme y calmarme porque es algo que regularmente me ayuda, pero en esta ocasión NO. Realizó la misma rutina pero haciendo menos cosas. No desayuno, no me maquillo y lloro mucho por el miedo e impotencia esto me supera. Me seco las lágrimas y me voy a trabajar. Hoy peor que ayer, pasó mucho tiempo en el baño llorando y con el estómago muy mal. El frío es persistente, tiemblo mucho.
No se que más hacer para no escuchar a mi mente apoderándose. Por fin se acaba el día de trabajo. Salgo para ir a una farmacia y compro unos medicamentos para ayudarme a dormir. Me siento cansada pero no tengo sueño.
Seguí con la rutina.
Recojo al nene, me detengo en casa de mami, busco comida que me ofrecío, ya saben como son las madres con el tema de la comida y los bowls. Me quedo un rato en su casa para que el nene coma. Me siento aliviada, es algo menos que hacer en casa. Estando tan desconcentrada tengo miedo de que ocacione algún accidente. En todo momento evito mirar a mami a la cara, es que no quiero que se preocupe.
Llegamos a casa y me siento a ver algo de televisión con el nene. Me tuve que ir, mi mente me traiciona, tengo mucho miedo. Es algo que no quiero explicarle al nene.
Antes de hacerle daño a mi familia, mejor que muera yo.
Eso pienso a cada instante. voy rápidamente a la cama en el cuarto y contra la almohada grito fuertemente para no escuchar mi mente, ahora otro miedo más. No puedo morir, no puedo hacerle eso a mi hijo, él merece crecer con una madre, pero una madre que esté bien. Se acuesta y abrazados en la cama dormí un ratito #increible. Me despierto para llevarlo a su cama y permanecí despierta buscando información de lo que me pasa y donde más lo buscaría... ¡Claro! en nuestro amigo Google y todo apunta a que es #stress. ¡Pero #stress! con eso vivo todos los días de mi vida. Así que cierro Google. Me quedo con el pensamiento de que aún no se que me sucede.
Mi esposo llega del trabajo como a eso de las 10:00 pm y ve que sigo igual, se acerca para acostarse en la cama, como de costumbre me abraza, pero lo rechazo, porque no quiero que esté cerca, no me siento cómoda, tengo frío y tiemblo.
Ya mi esposo comienza a preocuparse.
Intenta dormir un poco, me dice. Cosa que no sucede, ni los medicamentos que compre para dormir me ayudaron.
#otranochelarga.
Hasta el próximo episodio.