5:30 am. Tarde para otros, para mi es madrugar.
Salgo sin desayunar solo porque con la morra que ando me da pereza prepararme algo de comer en la mañana.
Miro al cielo y solo digo; ¡gracias, Dios!
Las calles me dan los buenos días repletas de autos bumper to bumber. Luego de tres horas de tapón llego a ésa oficina a reclamar por que llevo cuatro meses esperando.
Pero hice lo mismo que haría desde casas... o sea, nada. ¡Dios bendiga las oficinas gubernamentales!

Sigo para casa, porque la vida continua.
Pan, si pan sobao con mantequilla de ajo, se me hace la boca agua. Esa soy yo recordando el antojo de hace tres semanas. Me paré y lo compré, llegue a casa y lo corté, le unté, le agregue dos rebanadas de jamón y te juro que fue divino. No le dirigí ni una palabra a nadie por un buen rato debido a ese olor tan agradable a ajo que llevaba.

Ya con la pansa llena, me animo a colocar las luces de navidad. Ya en el patio de la casa con la temperatura en 87 grados y como el doctor dijo que necesitaba vitamina D, pues no venía mal. Se empeña el niño que salió de mis entrañas en "ayudarme" pero es más lo que habla que lo que hace.




¡Queeeeee! A este le da con tener una conversación con la vecina y a ella que casi no le gusta, pues así termina la vecina en el patio de mi casa hablando y podando mis plantas. Entre todo lo que habla, dice que yo soy mala mano para las plantas. Ese es el momento en el que no le quito la razón.

¿Pero y ahora que paso?
Me está dando instrucciones de lo que debo hacer en mi patio. Heyyyyy doña bájele dos que hace calor y no me gusta sudar. Claro todo esto lo digo en mi mente. Porque la otra parte de mi dice "pendeja el patio y las plantas son tuyas y es la doña quien las está podando, deberías hacerlo tu" así que sigo las instrucciones, aunque esté alza la doña.

Este nene....
Hasta agua fría le ofreció para que se refrescara. Tan chulo... ¿verdad?, pero suspende que se va a quedar más tiempo. Y de repente, nuevamente dije #GraciasDios en esta ocasión porque comenzó a llover y la doña se tuvo que ir para su casa y mi parlanchín y yo para la nuestra.

Recuerda.
Si el portón de la entrada se te rompe busca quien lo arregle lo antes posible, para que la vecina no se te trepe al balcón.

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